Que el modo en que compramos y consumimos está en plena transformación, ya no es novedad. No hay más que navegar por las redes para encontrarnos con mil contenidos al respecto. Pero, ¿Cómo está afectando esta nueva realidad en el interior de las empresas? Hagamos zoom para comprobarlo.
La nueva realidad para las empresas
Podríamos decir que si nos subimos a un helicóptero y sobrevolamos el mercado, nos encontraremos que la situación es muy distinta según el barrio. Es decir, cada sector ha evolucionado de forma distinta, tanto por sus propias circunstancias como por sus formas de consumo, así como por las estructuras y procesos de las empresas que lo conforman.
En relación a la adaptación de las empresas a la Omnicanalidad del consumidor, el sector de la moda lidera esta transformación, habiendo dado un salto cuántico en los tres últimos años. Para conseguir esta trasformación ha necesitado de unos líderes con visión de futuro, capaces de cuestionarse su modelo de negocio y de adaptarlo. Tanto a nivel de estructura como de procesos, para seguir siendo competitivos en la nueva realidad.
Es evidente que, dentro del sector, encontramos empresas que lo han conseguido con más éxito que otras, pero sin duda, éstas primeras han dejado un sendero por donde las segundas pueden empezar a trazar su camino, con un menor riesgo, pudiendo inspirarse en sus competidores.
En el sector retail de gran consumo, esta transformación ha sido menor, aunque sin duda no podemos negar su evolución: el que más y el que menos ya tiene su tienda online pero, ¿Han sido capaces de transformar sus procesos? ¿Ofrecen la omnicanalidad del mismo modo que la entiende el shopper & consumidor? ¿Cuál es el nivel de satisfacción de sus compradores? ¿Tienen resuelto el futuro de sus tiendas físicas? ¿Consiguen utilizar la información digital de sus clientes para segmentar sus estrategias y planes de acción? Demasiadas incógnitas por resolver como para aventurarnos a decir que tienen las riendas de dicha transformación.
Seguimos en nuestro viaje en helicóptero, pongamos el foco ahora en las marcas de Gran Consumo, veremos que se encuentran rodeadas de cambios. Por un lado el consumidor con sus nuevas formas de comprar y la omnicanalidad. Como por parte de los retailers en su transformación por tratar de adaptarse a los nuevos hábitos de compra. Gracias al avance del mundo digital y aunque están vislumbrando estrategias Direct to Consumer, o incluso Direct to Store, son pocas las marcas que hasta el momento han conseguido realizar auténticos cambios estructurales, más allá de crear o reforzar su área digital.
La transformación de las empresas
Este viaje en helicóptero nos ha permitido ver cómo están actuando los diferentes sectores. A este cambio de paradigma, y aunque vemos diferencias entre ellos en cuanto al nivel de desarrollo, vemos algo común a todas las empresas que componen el mercado. La necesidad de una transformación que nace desde la cúspide de dichas organizaciones, y se impregna en toda la organización. Modificando procesos, roles, y marca una orientación clara hacia el cliente final.
Este es un camino que sólo ha hecho que empezar. La transformación de las empresas es lenta y no está ajeno a las resistencias. Entre ellas, la más común es la resistencia al cambio. Pero el nuevo paradigma de consumo nos exige reinventarnos y es una oportunidad que no podemos dejar escapar.
Entre los muchos artículos que se escriben sobre este tema, he seleccionado uno que me gustó especialmente, donde tenía una frase que decía “Las empresas deben ser «channel agnostic»: da igual si comienzan en el entorno online o el físico, lo que importa es que todos los canales estén interconectados para ofrecer a los consumidores la comodidad que necesitan”. Creo que aquí redunda todo, y las empresas, independientemente de nuestro sector y nuestra actividad, debemos incorporar esto en nuestro ADN. Para conseguir esa conexión que necesitamos con nuestro consumidor y su nueva forma de consumir y comprar, basada sobre todo en experiencias y marketing relacional.
Si encuentras resistencias a este cambio como empresario, te propongo que le des la vuelta a tu traje y te conviertas por un instante en ese consumidor que también eres, y pongas encima de la mesa tus deseos. Es un juego donde tú mismo eres el protagonista, con dos trajes distintos, y podrás encontrar la motivación hacia el cambio que necesita tu empresa. ¿Te atreves?