Actualmente, nos encontramos en un mundo en el que cada vez hay más canales y medios de compra a nuestra disposición (aplicaciones móviles, tiendas online, software específicos, etc.). Con el desarrollo de las nuevas tecnologías, entra en escena un tipo de consumidor totalmente distinto al tradicional. Estamos ante el llamado consumidor digital, un consumidor que no sólo tiene acceso 24 horas a todo tipo de información sobre cualquier producto o servicio sino que, además, tiene sus gustos, prioridades y necesidades muy claros.
Las características de este consumidor cambian y evolucionan a una velocidad vertiginosa, puesto que se apoyan en el desarrollo de Internet. Por poner un ejemplo, un estudio menciona que actualmente el 67% de los consumidores se ven considerablemente influenciados por las opiniones que encuentra online, llegando estas opiniones a marcar la diferencia entre comprar o no un producto.
El consumidor digital tiene algunas ventajas claras sobre su predecesor analógico: tiene mucha más información acerca del estado del mercado en general (tanto oferta como demanda), lo que significa que toma decisiones con conocimiento de causa. Además, en el caso de que esté en desacuerdo con un servicio, también tiene el poder de transmitir su descontento y/o defender sus derechos ante los miles de usuarios que están presentes en comunidades online y redes sociales. Esta nueva situación, convierte a la satisfacción del cliente en un valor aún más trascendental para las empresas.
Pero, ¿cómo satisfacer a un consumidor digital tan exigente?
La clave y, por tanto, el mayor reto, está en saber entender a tu audiencia. No hablamos sólo de necesidades, sino de comportamiento y de desarrollo. El consumidor digital cambia constantemente y avanza en distintas direcciones en función a sus circunstancias y a la tecnología disponible. Saber adaptarse a estos cambios es vital para la supervivencia de cualquier empresa.
La necesidad de conocer a tu audiencia no es un concepto nuevo, sin embargo, la segmentación necesaria para saber llegar a cada consumidor digital sigue suponiendo un desafío para muchas compañías. Escuchar sus inquietudes y ser capaz de resolver cualquier problema que pueda surgir es importante a la hora de crear un vínculo duradero.
Para atraer al consumidor digital, las empresas deben aprender a entender plenamente el desarrollo de sus necesidades, identificar sus preferencias y aplicarlas con éxito a sus productos o servicios. Sólo así conseguirán conquistarlo.